"Era un santo, pero tengo la sensación de que si me sentara a tomar una cerveza con él, no me caería bien"
Benjamin Carter Hett, biógrafo de Hans Litten.
En las cortes de Berlín, el rostro de Adolf Hitler era de un intenso color rojo. Y es que el futuro líder nazi no estaba acostumbrado a esta clase de escrutinios.
Sin embargo, ahí estaba, siendo interrogado por alguien que representaba todo lo que él denostaba; un inteligente, fiero y radical joven abogado judío llamado Hans Litten.
El joven pedía a Hitler explicaciones por la violencia ejercida por su grupo paramilitar.
Cuando Litten le preguntó por qué su partido publicó una invitación a derrocar el estado, Hitler perdió la compostura.
"Esa afirmación no tiene ninguna evidencia que la soporte", gritó.
El modo en que Litten contradice el argumento de que el movimiento Nazi era pacífico y democrático hizo que el abogado se convirtiera en objeto de una brutal persecución.
Él fue uno de los primeros oponentes políticos del führer, perseguido una vez que el partido Nazi ascendió al poder.
Incluso mucho después de ganar las elecciones, Hitler no podía soportar que se pronunciase su nombre frente a él.
A pesar de ello, poco se sabe de la figura de Litten.
Fuente oficial: BBc Noticias